Del lat. vulg. *papaverīna, y este del lat. papāver 'amapola'.
1. f. álsine.
2. f. Planta herbácea anual, de la familia de las papaveráceas, con tallos de 20 a 30 cm, hojas partidas enlacinias muy estrechas y agudas, flores de cuatro pétalos amarillos, en panojas pequeñas, y fruto seco en vainillas con muchas simientes, que infesta los sembrados de suelo arenisco, que en primavera parecen teñidos de amarillo por la abundancia de flores.
3. Boletín que envío dos veces al mes lleno de la inspiración y la transpiración que marca la vida de esta enamorada de las historias. Y que incluye alguna que otra sorpresa.
Mi padre siempre ha tenido alma de agricultor. Desde pequeño ha plantado y cuidado semillas, fascinado por el milagro del florecimiento. No ha podido dedicarse profesionalmente a ello, pero hace unos años compró un pequeño trozo de tierra y empezó a llenarlo de árboles frutales y, según la estación, de lechugas, tomates, patatas, kale, calabazas, habas, guisantes y lo que se terciara. De casi todo, excepto pamplinas.
Las pamplinas, sin embargo, viven alegres en las macetas que llenan mi pequeño balcón. Macetas que, normalmente, me ha regalado él. Entre el espliego, la citronela, la hierbabuena o los nardos, crecen alegres y sin hacer ruido estas diminutas flores blancas o amarillas, rodeadas de hojillas redondas y verdes. Contando que lo sencillo, lo diminuto, lo que no adora todo el mundo también tiene su sitio. También es bello.
Crezco por mis propios medios en una tierra en la que hay plantas mucho más grandes, bellas y fructíferas. Extiendo mis raíces en un suelo que no es del todo acogedor, pero que poco a poco hago mío. Y solo ven mis flores aquellos que no se dejan deslumbrar por los grandes arbustos llenos de rosas.
Es desde este mundo a ras de tierra desde donde te enviaré un ramo dos veces al mes. Un ramo que contará la historia de esta pequeña flor creciendo en la adversidad. Siempre en peligro de ser aplastada por la planta de un pie y, a la vez, en la esperanza de crecer más alto.
A ti que te gusta la lectura y la escritura, que tienes la sensibilidad a flor de piel. Y que eres capaz de empatizar con esta pequeña pamplina.
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